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Mostrando entradas de agosto, 2014

Los vivos y los muertos

http://www.revistabula.com/2680-os-10-melhores-poemas-de-manoel-de-barros/

La belleza

El olor del ser humano es único Su fragancia es extremadamente rara e inspira amor Pero nos especializamos en matar Somos la esencia del perfume de la muerte Y todo para obtener El aroma del lenguaje Ese otro asesino serial que Como el inicio de un viento pelirrojo Intratable, enardecido Nos envuelve en violencia y se transforma en un gran silencio Tan blanco y tan joven a la vez Que emana de su mezcla de fruta podrida y todo lo demás Clausurando la huida La belleza

Delfina

El poeta español Fernando Sabido Sánchez me ha incluido en una asombrosa selección de poetas argentinos de todas las épocas, cosa que agradezco sinceramente, sobretodo al ver mi nombre tan cercano a los de Cesar Tiempo y  Delfina Goldaracena. Delfina tenía 16 años cuando dejó su vida, junto a la de otros  nueve adolescentes, en manos de un conductor que manejaba ebrio en la ruta 11 de Santa Fe aquel aciago 8 de Octubre de 2006. El texto que aquí comparto pertenece a su libro “Tiempo efímero”. Celebremos su memoria en su talento. Me arranco las sombras me arranco lo que fui me arranco el pecho y con él se va el alma saco la tierra mi cara se cubre de polvo mi mano se desvanece como la sangre mis pies se queman como la arena pierdo la mirada y con ella el olfato y mi gracia mi sed se va por los caminos desnudos me arranco el lápiz y con el va mi vida La verdad parece un sueño y el sueño parece verdad de todos modos moriré algún día y se irán las sombras. htt

No soy de cualquier lugar

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Hay lugares mágicos? Claro. Quien no ha conocido uno. Aunque no siempre hemos tenido experiencias mágicas en esos lugares mágicos que hemos conocido. Cada criatura sobre la tierra sabe definir para sí que es la magia. Intuir donde empieza, cuando termina o que características debe poseer para definirla como tal es una tarea que no se ajusta a ningún dogma en particular. Libros mágicos, mujeres mágicas, instantes mágicos. La magia como tal, como instrumento de lo imposible, no hace desaparecer, hace aparecer, torna visible y ese es uno de sus secretos mas preciados. ¿Donde aprendí esto?  En un lugar màgico donde tuve experiencias màgicas. La enorme sencillez de lo oculto. El tremendo poder de la visión y del horizonte cero

De frente y de perfil

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Estampado en un trazo que se disolvió en el tiempo, sigo pensando en la oscura fidelidad que todos tenemos con el recuerdo. Sin embargo, es el instante (siempre inestable, siempre opaco en su rubor) quien nos hace partícipes de la gran aventura del saber. Conozco al del retrato pero más conozco al tipo que atraviesa ese humedal sin ningún otro atributo que su propia incertidumbre, esto es, su mayor certeza. Retrato: Eduardo "Boyo" Quintana, Alberto Cedròn. Florianópolis, 1982
La tierra es para nosotros un lugar donde hemos de vivir, donde hemos de resignarnos a ver, oír y hasta obrar, ¡por Dios!; respirar hipopótamo muerto, por así decir, y no ser contaminados. Y allí, ¿no lo ven ustedes?, entra en juego nuestra fuerza, la confianza en nuestra capacidad para abrir un modesto agujero donde esconder lo esencial, nuestra potencia de devoción, no para uno mismo, sino para un trabajo oscuro y aplastante; y eso es bastante difícil. Joseph Conrad (El corazón de las tinieblas)

Blues industrial

De oráculos e interrogadores

Canción?

Y de repente en medio de la noche galopa sin patria El poema Aroma de estambres frescos Que agita mi voluntad Sin tu voluntad Ahí donde respira lo inexplicable Tu andar, tu radar adentro mío pero no de amor Se envuelve Melodía todo el tiempo Sombra esperando la llegada de esa impaciente luz Que apenas alumbra esa otra luz que ya se fue 

El camino del dolor

Adormecer sin amordazar El óxido opera la pinza Y extrae el diente del perro de la noche El paciente y el cirujano se contraen Bailando sin moverse El dolor ha dejado de ser una amenaza Antisépticos de nafta desteñida En hermosos e inesperados ácidos de hierbas Sustituyen  la malva, el alquitrán y la codeína No nos podemos quejar El campo está minado de Farmacitys Explotan por el aire restos de ensoñaciones taciturnas Mutiladas por el plasma de la visión de un ojo Que ya no ve, ni siente, ni percibe la niebla Cuerpos deambulan anestesiados La tarjeta Sube por la ranura define la grieta Nadie estornuda sin llevarse antes a la boca un pedazo de carilina Nadie tose Nadie saluda Nadie se muere Estamos al borde de la tan deseada eternidad Ya somos un solo cuerpo desocupado Sin espacio, sin tiempo, sin voz.