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lo vi parado ahí

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Todas las preguntas que uno de hace en la vida Pueden resumirse en alguien que mira Sobretodo cuando mira escuchando voces Inclinadas en sonidos almacenados En una remota memoria popular Que el futuro puso en sus manos El porvenir es una esquina Se mueve de aquí para allá, una y otra vez Lo debemos cruzar como sea Agazapados o saltando en las alturas Siempre prestes a mostrar garras y dientes O apenas dándole la espalda al destino Total tenemos las manos enlazadas Alrededor de la magia de este bendito lugar
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Escribió, cual biólogo animador de palabras guerreras, sobre elefantes, jilgueros, abejas, boas constrictoras, grullas, halcones, caballos, lemures, rayas, perros, gatos, bambis, monos, jaguares, ratones, águilas, cisnes, sin olvidar jamás que el viento sopla las alas de la mariposa y el amor las sostiene, pero también dejó grabado en la memoria popular que solo con arte y mucha imaginación podremos destruir la mierda de esta ciudad, antes que la neutrónica explote y el mundo se quede sin agua.

Los ejes de mi carreta

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No hay que perder de vista el hecho tremendamente político y revolucionario de esta marcha que las Madres le plantaron a Macri el día de su asunción. La inolvidable noche,  que tuvo hasta un show espontáneo de tango en plena madrugada con el Indio Maldonado, los estudiantes del  IUNMa , movilizados, atentos, vigías; el laburo incansable de  Audiovisuales Madres , las charlitas con los cumpas con las Madres esperando el amanecer, un micrófono encendido para largar palabras por los parlantes e incentivar a que la gente no se durmiera ni se desmovilizara, la llegada del día con su tremendo operativo militar y después el gran desafío, aguantar los trapos y cantarle en la jeta al nuevo Pte "La plaza es de las Madres y no de los cobardes", mientras éste, provocador e insultante, hablaba y bailaba en el balcón de Perón y Evita. La nota de color la pusieron dos mujeres del Pro pidiendo saludar a Hebe, cosa que hicieron, incluso con un pedido de disculpas de una de ellas, des

Daniel’s Other Sea

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To think about Daniel’s poetry is something that transports me to the field of Dionysian disorder, to the word which revolutionates, and what first comes to my mind is piles of manuscripts and reports. The soul of Daniel’s poetry is just, and solely, a manuscript in its sacred materiality, in form and content, inextricable siamese twins connected by their central nervous system. What is a manuscript in Daniel’s work? A piece of wood craved by nails, found by the river in the south of an island. A pile of written paper, carried under the arm and finally lost in a bar. A briefcase full of paper cuts, drawing’s pieces and notes. Copies of images and texts in rough and powerful collages. Ordinary, and even so, stolen pens. Overlapped papersheets, stained by drink, smoke, paint or any feminine aromatic. A key that cannot open any door. Jacket’s pockets that contains only the useless. Clothes that don’t match. A lot of letters in blue, juxtaposed on white paper, on brown paper, to wrap up

La Matanza

¿Quién teje bajo el fuego su conjuro en la noche? El mate y el pan son la eucaristía de toda esta vida acumulada en un solo cuerpo En el aire flotan desperdicios de dios delatando a los traidores Vos que nunca abriste la boca ni siquiera con la última inundación Ahora le robás silencio a las anguilas La imagen de Kim Phuc, aquella niña vietnamita corriendo con su espalda Quemada por el fuego del napalm Un bebe en brazos de su madre que corre en una calle en llamas de Gaza Niños destrozados dentro de un ómnibus en Bosnia, Jerusalem o Nigeria Hombres, mujeres quemadas ante nuestros ojos ciegos Duendes, ángeles, vampiros, luces malas, brujas, demonios Lo inexplicable Una factoría de fantasmas atravesando planos inclinados, desintegrándose como arroz en la leche Vapores humanos envilecidos por trémula jauría Que se desangra despellejando una fe poética invencible Impresa en cierta anónima enciclopedia sin palabras Disuelta en la lluvia Y a veces Aquí en el cielo como allá

Hijos

Una de las experiencias más conmovedoras que me ha tocado presenciar en estos muchos años de estar atravesado por el mundo Madres, es el nacimiento de hijos de compañeros. Hijos e hijas que fueron llegando, en su mayoría primerizos, a cambiar de manera asombrosa la vida familiar de estas parejas enamoradas. Y digo de manera asombrosa porque asombroso es que una actividad que el ser humano viene realizando con absoluta regularidad hace millones de años, nos parezca algo absoluto, intransferible y revolucionario. Y claro que lo es. Aunque debo reconocer siempre he notado algo diferente en el trato a esos bebes que han nacido de padres o madres que se han vinculado, por las razones que fueran, con las mujeres del pañuelo blanco. Y conste que no hablo de amor, entrega, compromiso u otras fidelidades. Estoy hablando de algo que no puedo explicar con palabras, porque solo lo encuentro en las miradas de esos padres cuando evocan, por ejemplo, el cuidado que tendrán a la hora de elegir la educ
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Ninguna oscuridad

No queda nadie ahí afuera, se metieron todos adentro Adentro de las tormentas de verano De los ojos rojos Del bulímico esqueleto del cine dinamarqués De las experiencias con las palabras De la estética merodeadora De los que te expulsan para cuidarte De los que se inmolan mirando un paisaje De los que te pagan para mentir De los que te pagan para decir la verdad Del sueño territorial De la metástasis poética Del infierno musical De los cadáveres exquisitos De la noche eterna De la fe meridiana Del rock, del tango, del swing De la paja futbolera No queda nadie ahí afuera, se metieron todos adentro De los teatros De los tablados De las radios perfumadas De los cuentos apestados De las miradas serviles No queda nadie ahí afuera, se metieron todos adentro Se entregaron Se estafaron Se cuidaron demasiado para no morir de cáncer Se cuidaron demasiado de no consumir gente tóxica Y ahora murmuran, desclasifican Ronronean sobre los pasillos Blasfeman como traidore

una impenetrable quietud

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uno anda por ahí diciendo sus verdades por el mundo y el mundo es una mentira que sacrifica niños en nombre del arte atrio donde un dios fachista al que llaman pintor, poeta o dramaturgo delibera sobre la estética del dolor confinado en la vagina caliente de la muerte insomne vagina insomne, oliva y miel una impenetrable quietud anda por ahí buscando nada o mejor dicho buscando cualquier cosa que valga la pena. No una cuchillada trapera ni un corte longitudinal ni un gallo bataraz en una inmensa tormenta busca tal vez solo un poco de sangre besando tus huesos bajo el sol busca esa impenetrable quietud Piet Mondrian

0,6

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Prestes (Juan Carlos) fue un militar revolucionario brasilero que en 1924 participó en la insurrección de los tenientes y luchó contra el ejército hasta 1926. Después fue designado secretario general del Partido Comunista, y posteriormente encarcelado (1935-1946). Yo, prestes a cumplir 60 años, me pongo a reflexionar sobre el word de mi notebook sabiendo que cualquier movimiento inadecuado de cualquiera de mis pachuchas articulaciones borrará inmediatamente todo lo escrito (me ha pasado infinidad de veces) y yo volveré a maldecir este sistema obsoleto que no guarda automaticamente las cosas, bendeciré al lapiz y al papel pero igual seguiré, obstinadamente, escribiendo sobre este soporte insoportable tratando de amalgamar palabras que puedan expresar el agradeciemiento que siento por estar vivo, a pesar de toda la hijadeputez que nos rodea. Tiene razón Oliver Sacks, una y otra vez tenemos que repetirnos en el fondo del alma la maravillosa experiencia de la que no has tocado ser protagon

Matices

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El gran espectáculo de vivir no es para pocos. Elegidos, iluminados, chorros, curdas, sombras, ranas, pungas, caras sin antifaces, máscaras antiporros, circunsexos, dados magnéticos, micromárgenes, minas sobrias, sombríos ministros, hacadémicos, soldados, jerentes y otras horas extras, sépanlo: El gran espectáculo de vivir no es para pocos.

El vidente

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Yo se que todos ustedes todos lo días, como yo, Se juzgan, se interrogan, se alertan Se buscan, se rezan Decifran el oráculo del mimo jugando con un palito en el pasto Y piensan:  ¿Se puede medir, pesar, velar, deconstruir el tiempo? 55 años ¿ Es mucho? Y se responden Para empezar a coger. tardísimo Para estar en cana, muchísimo Para la prehistoria, nada A partir de hoy, bastante. Y concluyen ¿Alguien pidió un cuerpo de otro planeta para cambiarlo por el que tiene puesto? ¿Podrá alguna ficción convencer al alien que vive en mi que deje de creer en lo que cree? Entonces se sopla la nariz Y vuelve a sentarse frente al piano

Julito

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Un mes con dos lunas llenas es un mes muy especial Si le sumamos un jueves de pañuelos mojados bajo un cielo verde Y  esos pianos sonando por todos lados, ni hablar. Parece que la canción llegó hasta el sol

Divino presagio

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Es que a veces existe un divino presagio, dice la canción El remador mira las estrellas para iluminar su rumbo No para despertarse Ahora que cada palabra prometida es una desdicha Ahora que los miserables le encienden velas a Victor Hugo Yo te ofrezco el oscuro abrazo de mi voz apagada Como un amanecer insolente El corazón de la noche no cambiará de luz Y la sombra del viento que recuerda cuando apenas era niebla Seguirá protegiendo el denso soñar de tu amor Todo lo demás lo esconderá el hombre de la bolsa Tan lejos que ni vale la pena escribirle una carta Ella sonríe mientras me escucha decir tonterías Sabe que también le hablo, llevándomela

La Solapa: Borges en nuestros pagos

La Solapa: Borges en nuestros pagos

La palabra se hace carnadura cuando el idioma opera como impresión política del lenguaje

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La hermosa foto pertenece a marcha del jueves pasado, la número 1931 y la Madre retratada por Fernado Gurbanov es Elsa de Manzotti, de 87 años:  “La maternidad es un vínculo social, por eso nosotras borramos los nombres de nuestros hijos de los pañuelos. Fue duro entender que se los llevaron por pensar políticamente. Ellos tenían sus compañeros, pero nunca hablaban sobre donde militaban, ellos luchaban por un mundo mejor, querían que todos pudieran estudiar, que tuvieran educación, trabajo y salud. Las Madres luchamos, caminamos, marchamos y en cada marcha cuando llegamos a la Plaza nos encontramos con ellos. Nos ponemos los pañuelos y decimos que es el abrazo que nos damos con nuestros hijos, con los 30.000, porque nosotras, las Madres de la Asociación, en un momento hicimos una reunión y decidimos sociabilizar la maternidad, por eso para nosotras están vivos, porque cobrando la reparación económica no los hacíamos vivos, por eso no la hemos cobrado, para nosotros están si

Nieto de una sombra

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Mi abuela viaja a Grand Bourg en tren llevándome de la mano En mi cara el resplandor de un rayo de sol Se posa como un insecto para picarme Las cenizas de la pulpa de mi recuerdo Acaban esparcidas en la ociosa luz del andén Buenos aires ensordece el tenue arpegio de una sombra Y es, como mi abuela, una ciudad vidente Calles insomnes de insomne acrílico amarillo Escriben la historia e una abuela con su nieto Viajando hacia ningún lugar Que es también el paraíso

Hasta el próximo verano

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Encontré en el final del estío un apacible lugar donde el río abraza a estos árboles que parecen haber nacido mucho más allá del horizonte pero que nacieron acá, en estas nervaduras sureñas. Porque no hablar de estas cosas en mi libro, pensé. Contar sobre el viento desbordado acariciando el arrecife imaginario, la línea de arena ribereña que marca el detalle de la orilla, las personas que se acercan a tomarse unos matecitos bajo la sombra de estos amigos, los pájaros siesteros, la sombra de silencio que se quiebra solo con el movimiento de las hojas, las piedras antiguas trayendo huellas del pasado…pero sería en vano. La naturaleza no es un mecanismo que pueda ni deba ser descrito salvo por quienes acuden a ella para examinar sus secretos o clasificar y catalogar sus características. Esto que yo siento es otra cosa. Es como un adiós un poco inconcebible, un poco rencoroso pero lleno de gratitud en estado salvaje. Los libros no fueron hechos para sangrar y yo sangro. La vida no fue

Las manos y el mar

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Quiero hablar de esta foto, registrada en la playa de Joaquina, Florianópolis, por Onor Filomeno en julio de 2014. Allí están retratados de izquierda a derecha la artista plástica y grabadora  Flávia Fernándes, un servidor, Sonia Cristina Fernándes, especialista en educación infantil, compañera de Onor y Rafael Rodriguez, alquimista y a la sazón, compañero de Flavia. Al fotógrafo lo podemos imaginar sonriendo, curioseando tal vez la actitud de quien, fuera de foco, entrelaza sus dos manos en la nuca. Entonces dispara su celular con olfato canino y consigue sin mucho esfuerzo una presa fugaz, una imagen sencilla, de tenue espontaneidad y mucho desprendimiento, donde el mar, siempre cercano, siempre invisible, desgrana granos de polvo de una abreviada y sinuosa sal sin sal. Entonces se torna visible, porque permanece oculto y completa la placa con una amistosa ola dental de aquietada virtud. Porque, como han advertido, nada tiene de extraordinario esta foto, salvo las manos. O más prec

De solcitos y madrugadas

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Sentado

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Estoy sentado en la puerta de una casa de la calle Arribeños Es un domingo gris de octubre y juega river en el monumental Pasé a visitar a un amigo pero no está Hace 15 minutos que no puedo moverme del umbral Solo atino a mirar el paso de algunos hinchas y el fresno preñado de atardecer que se Agita suave frente a su ventana Pero no puedo moverme Así que ante la rigidez de la escena Abro mi morral, saco papel, lápiz y escribo Mi mano se desliza en un movimiento de calderas La caligrafía revive vidas pasadas describiendo apenas hechos presentes Escribo sin saber porque. Después la noche me expulsa hacia otros cordones orilleros Donde no faltan gatos, fantasmas y sordomudos No conozco el profundo silencio del alma Conozco, como Van Gogh, el alma profunda del silencio Adivino el parpadeo sobrenatural de otras voces Que nacen en la desembocadura sin espacio De este hades u oropel perdido en el inframundo Que no es la eternidad Ni nada que se le parezca Es maleza del

Dobleces

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Si en lugar de estar ante un asesinado estuviéramos ante un suicida, éste, en su misterio rotundo, también encarnaría allí el turbio destino de una sociedad y la responsabilidad de quién quiera que sea: todo el debate sobre lo ocurrido en un piso de Puerto Madero se devolvería a la política real que se hace en un país, de tal modo que nos veríamos envueltos en una atmósfera de irreflexión muy penosa, y la vida pública, social, intelectual y cultural se desharía apenas intentemos, a lo mínimo, comenzar a conversar sobre ella. En la muerte de Nisman se percibe una cuestión bien conocida: se refiere a los “Servicios de Informaciones”, dudosas agencias estatales que generalmente basan su fuerza en operaciones de “falsa identidad”. Su trabajo consiste en conocer lo “indecible del otro”, y aunque generalmente se limitan a trazar catalogaciones, esquemas y arquetipos previsibles, salidos de manuales de encasillamiento escritos en lengua persecutoria, su verdadera especialidad es la de “actuar