Un libro en la arena
Soñar y leer son actividades secretas. Febriles de conspiradora intimidad si pensamos que, al velar nuestros sueños y sus textos, reflejamos la mirada del otro dentro de nosotros mismos, para que nosotros, al fin, podamos ser aquello que nunca fuimos, escritura del sueño. Fin de tarde en las fronteras de la nada. Todo abandono en la hendidura ciega los ojos abiertos del desvelado tipo de grafía evaporada por palabras antiguas, nuevas, donde se alimenta de promiscua fe el pensamiento, que al escribir o al leer cosifica en el barro su retina impertinente como cerdo en el chiquero. Y no estoy hablando de carnicerías ni de guerras mundiales. Sobre eso hinca el diente Jayro en su libro "E assim que os dìas passam", edición que el autor ilustró, cual mascarón de proa de su odisea. El desierto es un mar de silencio, un himno a la memoria, el fruto carnal entre objeto y objetivo. Dice por ahì el bolero "Quizás, quizás, quizás" Estás perdiendo el tiempo pensando...