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Mostrando entradas de septiembre, 2014

Del poema sin poeta

En la heladera quedan medio queso gruyere y Una botella de cerveza No hay marañas ni tramas de hilo en el baño Apenas papel higiénico, dentífrico, un desodorante a bolilla Y una toalla mishiguene Las plantitas fueron regadas Dejo un colchón averiado y una mesita de luz sin luz No le debo nada a nadie salvo la vida a mis padres Que importa la deriva cuando el río es el desierto Mis ropas la pueden quemar, donar, reciclar Mis libros los pueden morder Sepan disculpar mi demora, que nunca es tangible Ya sin recuerdos que traer a mi memoria Es hora de cerrar los ojos y no abrirlos más

La piedra que salvará mi cuello espera que la recojas en el río

En el inmenso atardecer de tu palabra Un signo atribuido al pueblo Recoge su lasciva proyección de hangar incendiado En los cielos del lenguaje. Esquirlas de nubes exilian palomas que abandonan la tierra Vos que nunca abriste la boca en la última inundación Ahora le robás silencio a las anguilas El desprecio del mudo se inclina a tus pies Solo te salvará la piedra Si es que tu cuello puede soportar algún peso todavía Es un escándalo que le hayas robado La dentadura postiza a una anciana Al menos disfrutaste su grito en medio de la nada Porque ya nadie queda en las calles Salvo viejas encapuchadas y pibes sin nombre El reloj da las 8 de la mañana pero son las 10 de la noche Nunca estuvo tan desolado Buenos Aires Como desde la llegada de este mendigo Mal nacido en la esquina de Juncal y Pueyrredón Tan cerca de la cueva de Pasarotus Tan lejos de la villa 11/14 Tu fortuna es semejante a una biblioteca devorada por las ratas Ya nadie sabe donde encontrar un libro Que tenga todas sus páginas
Puedo inventar palabras Aunque no puedo inventar la palabra amor Y eso lejos de constituirse en un impedimento es un aliciente ¿Para qué inventar una palabra inacabada? Es como construir una casa sin chimenea o una bombilla de plástico Prefiero inventar una palabra completa Cuya territorialidad exceda el universo Una palabra sin patria pero con pueblo Que transpire temblor y exude fútbol En cuanto a las letras o al sonido que deban producir sus Vocales y consonantes, me importa un bledo Lo esencial es que antes de acostarme a conciliar el sueño Esa palabra honre la presencia de todos los Fantasmas que habitan la noche con su mera pronunciación La única oscuridad será la que su grafía proyecte Y cualquier luz será insignificante delante de su resplandor Ese es el poder omnipresente, obscenamente carnal Que me permite destrabar el cerrojo inanimado del silencio Soy feliz de poder inventar palabras En la plaza empieza a ocultarse el sol y refresca Escucho estornudar a un tipo cerca Sacó a

Barro

En el medio de la noche  furiosa una estaca de madera clavada en un semáforo De la herida sangran filamentos de una lamparita roja que el viento lleva como señal del diablo En la puerta del bingo una vieja se muere de frío y chilla Detrás de una ventana sin cancel dos tipos cogen casi serenamente Entonces tiro del piolín del cementerio Para que los muertos salgan a la calle a estirar un poco las piernas Es el recreo Es cuando las almas pueden salir a pasear un rato porque los que chillan y Los que cogen son pocos y desorganizados. Yo le pido a tu recuerdo que deje de olvidarme pero se niega Es un asunto que tenemos pendiente hace tiempo y no podemos resolver Será cuestión de esperar que amaine el temporal Las tormentas solares aquí son breves y no dejan secuelas Salvo dos o tres cosechas perdidas Y una pigmentación un poco más oscura en el agua Hay amor ¿Por qué siempre te escribo en primavera? ¿Por qué esta evocación tan cursi mientras la ciudad av

El abrazo del agua

Bajo el cruel sonido de sedientos tambores El fuego reúne a la tribu Que baila la ardiente plegaria de la lluvia en clave de mar Sus cuerpos enlazan caminos ocultos Que nadie podrá conocer Si antes no se deja envolver por el humo de su desoladora melodía