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el poema enjaulado se seca, se pudre y muere y no hay verso posible fuera de la jaula de las palabras ellas buscan un alma que les cante y las saque del encierro no es fácil todo poema es un calvario que quiere sobrevivir como un cisne en el lago de los cisnes  aunque esos carbones evanescentes nunca están solos

Filó

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Músico contemporáneo nacido a fines do siglo XV Conhecido como Rubens Filó, era experto em cachimbos. Instrumentista versátil  (su especialidade: os vientos, o caldo de peixe  e dirigir bébado carretas que luego abandonaba na beira das estradas). Casado com Sonia Fernandez Veracruz, tuvo dois filhos e 14 netos. Seu tratado de epistemologìa  As Horas Foi roubado da Catedral Sacré Coeur Por um grupo de templarios. O ano pasado misteriosamente apareceu uma copia Na ilha de Santa Catarina, no Brasil. Faltabam o folio N 11 e o desenho de um rinoceronte Um grupo de espíritas trabalhan no caso, secretamente, claro. Certas cosas nao merecem ser publicadas em tempos áureos.

Credo

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pulso da virgem do delirio na (p)e(d)ra enforcada do rio lembras aquele beijo que te di na areia? ah, minha hembra, como baleia no nada penteia.

Mateando en el viento

el mate y el pan son la eucaristía. de toda esta vida acumulada en un solo cuerpo de todo este tiempo acumulado en una sola palabra de toda esta sed vertida en una sola gota de agua es un abrazo fugaz que atraviesa la sangre tan blanco como las negras nubes del atardecer tan mendaz como el polvo azabache que trae el viento

Osteosíntesis

farsante atardecer el de este mar

No es la hora

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Una bruja siempre es una presencia incondicional,  Un asfódelo, un Acantilado o una piedra Y despertarla puede ser letal para nuestro sueño eterno Una vieja caja de zapatos adentro del placard de cedro colorado de la Abuela Es lo que buscamos Ahí adentro vive la estampa que oculta el rostro de la última bruja de aquí. Es hora de volver a darle la mano a la noche Abrazarla, mecerla Ella trae súbita música popular Y el pueblo necesita escuchar su voz El instante es enorme

Totum

Una bruja siempre es una presencia inquietante Despertarla puede ser fatal para nuestro propio sueño Esta vive en una vieja caja de zapatos adentro del placard Por eso me sorprendí cuando escuché algo que no pude descifrar en la cocina Bajé la escalera descalzo y sin encender la luz Ella estaba ahí Primero lo percibí en la piel, después la sentí respirar Toda araña es un mito Una red nerviosa de inmóvil quietud Un pacto con las ciénagas doradas  ¿Que buscas en la casa de un hombre solo? ¿Protección? ¿Agua fresca? ¿Comida? El nombre de la dueña de este mar Que el miedo no puede robar de mi memoria Lo desconozco

Búhos

Quien vive? La morsa vive El flaco vive La noche vive Alejandra vive Bety y Javier viven Mi ausencia vive Tulio, Cardetti, la Mumi, Lares y Creta viven El faso y el Fasa viven El Dany, Lima, Norberto y la Tana viven Homero vive Tu abuela vive Don cangrejo vive Eduardo cantando vive Liliana llorando vive Julio, Clarice, Carolina, Katy y Ana viven Nalpas y Fanz también viven en una casita de Haedo recién pintada.

Del herrero y la piedra

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Hendir las sombras Clasificar las capas del color del fuego arrinconándolo en un castillo de azufre Reparar piezas de un viejo astrolabio Corregir manuscritos de dudosa procedencia. A veces mientras envía cartas a destinos inciertos se fuma un cigarro hecho de Telas de arañas que no fueron nombradas ni por la Biblia ni por Lautreamont. Recuerdo una tarde donde almorzamos unos macarrones Rociados con ajos bien picados y ese toque de oliva tan reparador Hablamos de Guimaraes Rosa, de Borges, de Ures Mientras un par de recuerdos  fantasmales Nos mostraban el camino de la disgresión lenta con apasionados poemas Hace poco encontré este "Subía una calle que daba al mar Un silencio de ostras rondaba su abismo No tenía auto ni moto ni bicicleta Apenas un radar como pincel y algunos libros fecundados por el agua La lengua del húmedo umbral El vago quejido de las hojas del laurel Y una buena piedra, forjaron la luz"

Mandela dormido

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Tu me quieres casto, me quieres bien negro, me quieres oscuro cubierto de lodo Me quieres re preto, me quieres pomada con la cara de tinta enjabonada. Me quieres africano preso en un vil barco, barro en un agujero, perdido en la nada Me pretendes moro, cabecita, camarada. Me quieres negrazo de un ébano colgado, chocolate amargo de amargor frutado Oculto en las sombras de un túnel funerario, perdido en las sombras de claustrofóbico armario.  Me quieres morocho que arrima con choto, aquí y en la noche del terco canario, Dices amarme loca y ciegamente, mas te veo soñar cada noche lo contrario.

La banalidad del bien

Movimiento en el cine, la película está por comenzar. Alguien llega antes que se apaguen las luces. Relojea por una butaca distante de otros espectadores pero frontal a la pantalla. Se toma su tiempo, hay poca gente, vacila y finalmente decide sentarse no muy lejos de una soliaria señorita. Él sabe que cuando termine de arder el último faro la lucha seguirá en el mar y como si fueran los cimientos de una novela en construcción sabe también que nadie piensa que morirá en la cima de una montaña porque ha soñado con nieve. Por eso, porque sabe de barcos en aguas profundas y de breteles sostenidos por cabrestantes, cuando sale del cine se pone a caminar por Sarmiento hacia el bajo y canta.

Jetas

me escondo en el ropero hay una polilla algo le quema las alas produce un humito escandaloso y desagradable me duermo sueño que vuelo alrededor del polvo de los hùsares despierto salgo del ropero nada indica que algo haya entrado en combustión salvo un al(h)ambre que me perfora la bilis Cuando todos se asan la batalla termina en burla.

Pájaro sin plumaje rojo

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Virgen cae del cielo menstruando villancicos villeros tierra negra nutriendo la flor caracol del arco iris lluvia ¿quièn se come las partes tiernas de la semilla? ¿las babosas? poner càscaras de huevo con anillos de ceniza làminas plegadas de cobre, humus estiercolado cual mantecol en la noche nada de fiebre cerveza para todos en partes iguales la rana salta en el aire desvencijàndose cae armoniosa en el agua y al caer hace plac ploc plac rocìo lunar de tus ojos perros

Tratado sobre las drogas

ella fuma a escondidas para que nadie sospeche lo mucho que le gustan los bajorelieves, una soldadura se agrieta y yo sigo pintando sin que me importe demasiado donde dejar el paraguas. Mi suerte te acompañarà como pánico sin tiempo la que mueve los pinceles tiene estilo trina de frìo fríe girasoles ¿Puedo pedirte prestado aquel par de zapatillas que usaste la noche del eclipse? es para colgarlas de unos cables de luz que pasan por la puerta de mi casa seràn vigìas de un amor letal y la gente pensará  que se trata de drogas

Fecunda

sol chorreando cuerpos sobre la costura inmovil de tu cesárea acaricia y lamenta no haberte conocido antes ¿ves? no hace frío ni Artaud sopla pero hay viento rociándonos canela y miel en la tacita de cafè la luna te abraza en celo tu luz me cuida demorada pasa el tren

Mientras la canilla gotea

Mato el tiempo bajo un cielo tanguero leyendo papeles de barro que hablan del sol cayendo sobre la Villa 15. Mato el tiempo escuchando a las Madres en la plaza, a los murgueros en la calle, a las presas y a los locos en sus confines. Mato el tiempo abrazándote, nunca tibiamente. Mato el tiempo despanzurrándome en el parque, un pajarito me dice "Ey don, es inútil que pierda el tiempo aquí; de madrugada se llevan toda la basura que encuentran inclusive los cuerpos". Mato el tiempo mirándote a los ojos, nadando en ellos, siempre flotando torciendo el pliegue del vals serenata como quien se tuerce un tobillo subiendo a la vereda. Mato el tiempo a naranjazos y sin embargo no dejo de hacerme la misma pregunta que se hacía San Agustín hace 1600 años recostado sobre un buxus africano. ¡Ah si pudiera ingresar por los vericuetos del tiempo y esparcirme entre sus fugaces nubes! Es a la sombra del fantasma que medito estos versos y es porque no hay tiempo alrededor qu

Silbada

Le faltaba la pierna izquierda parecía sumergido en su bienestar arrastrando la prudencia de las cobras. Silbaba. Ella lo tomaba del brazo y en cada esquina le acariciaba el hombro. Los seguí hasta los escombros de la luz después volví a mi sombra; Hoy golpeó la puerta de mi casa le tembló la voz cuando dije que la había reconocido me observó como quien mira sangre y se perdió en el fondo del zaguán. Ahora  es ella la que espera como si un cuerpo hiciera las veces de otro cuerpo como si los desplazamientos de Emma Zunz se relacionaran con direcciones opuestas: hacia fuera para armar la coartada hacia adentro para consumar el crimen. ¿Quién teje bajo el fuego su conjuro en la noche? El viento sopla quisquilloso su polvareda sorda. * Emma Zunz: Cuento de Borges donde el narrador parece ausente y los hechos se presentan por si solos como en un informe.

Videntes

Borges: No será la ceguera lo que me impida verte Será otra cosa, no se, mala suerte Quizás la muerte Pero nunca será ceguera lo que me impida verte. Ella: Ciego no eres, pués lo que ves, es Y ciega no soy porque se mirarte Nuestro destino común, el arte, Es la ceguera.

Acabar en el desierto

Es cierto, quien se ahoga no nada Pero cierto es también que una tonada Lo dice todo sin decirte nada El dolor ante tu ausencia mueve su ficha. Vi tus manos cavar en el desierto Ojos del Sahara Cuerpo que no sabe a nada Tiene sabor a desdicha

La vida en orsai

El poeta es la noche del poema Que bajo el influjo del atardecer Solo se escribirá en el día Lo que se dice un colapso entre El sentir del lenguaje y El decir de la palabra Un verso garabato En la energía del vacío La noche no debería ser esta aurora boreal Ni el poema esta larga vigilia Pero es así La vida en orsai Sin línea, sin juez Sin visitantes.

Pacificar la carne

Ese cadáver expuesto al sol Desnutrido, oleoso Estancado en la impaciente oscuridad Resto descabezado de un sueño Aturdido Que una bala policial alojó detrás de un párpado gris Este vino envasado en tu soledad Origen de un lugar que no existe Calco ebrio Que habita en mí ser Disfrazado, insomne