La palabra se hace carnadura cuando el idioma opera como impresión política del lenguaje




La hermosa foto pertenece a marcha del jueves pasado, la número 1931 y la Madre retratada por Fernado Gurbanov es Elsa de Manzotti, de 87 años: 

“La maternidad es un vínculo social, por eso nosotras borramos los nombres de nuestros hijos de los pañuelos. Fue duro entender que se los llevaron por pensar políticamente. Ellos tenían sus compañeros, pero nunca hablaban sobre donde militaban, ellos luchaban por un mundo mejor, querían que todos pudieran estudiar, que tuvieran educación, trabajo y salud. Las Madres luchamos, caminamos, marchamos y en cada marcha cuando llegamos a la Plaza nos encontramos con ellos. Nos ponemos los pañuelos y decimos que es el abrazo que nos damos con nuestros hijos, con los 30.000, porque nosotras, las Madres de la Asociación, en un momento hicimos una reunión y decidimos sociabilizar la maternidad, por eso para nosotras están vivos, porque cobrando la reparación económica no los hacíamos vivos, por eso no la hemos cobrado, para nosotros están siempre vivos. Claro que primero llevábamos los nombres de nuestros hijos bordados en los pañuelos, yo llevaba el nombre de mi hijo y de mi nuera, había Madres que tenían muchos nombres en sus pañuelos, de hijos, yernos, nueras pero ahora llevamos sólo la consigna Aparición con vida de los desaparecidos. Desde que socializamos la maternidad no llevamos más los nombres de nuestros hijos en los pañuelos. Tampoco estamos de acuerdo con la recuperación de los restos que se puedan ubicar, porque nosotros no los hacemos muertos a nuestros hijos, ellos están vivos, por lo tanto no hablamos de muerte. Estamos luchando por la vida, y la vida vale vida, nunca vamos a hablar de muerte. El próximo jueves nos toca conmemorar los 38 años en la Plaza y será hermoso, haremos nuestra marcha habitual con una radio abierta y una actividad que llamaremos 80-90-100 porque es la franja de edad que tenemos nosotras hoy y a la tarde agasajaremos a quienes nos acompañan siempre con música frente a nuestra casa. Las más activas somos entre quince y veinte Madres, más las del interior. Cuando conversamos nos damos cuenta de que la mayoría de los hijos eran todos iguales, se preocupaban y se comprometían por el otro... y no nos dejaron llegar a ellos, pero las Madres seguimos la lucha por los 30.000, ésa es nuestra vida”

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