El beso que cambió una vida


Mirando un viejo programa de cable que conducía Silvina Chediek llamado “Letra y música” donde sus invitados eran dos grandes artistas, Sergio Mihanovich y Horacio Molina, escucho que el primero dice en un momento “Gene Tierney fue la más hermosa de todas las actrices de Hollywood”
Me costó reconocer el nombre que pronunciaba Sergio y esperé que volviera a nombrarla. Su misteriosa belleza y esta historia que ahora les cuento me impactaron mucho:

Corría 1943. Una noche Gene Tierney acudió a una cantina que era el lugar de reunión donde las estrellas de Hollywood recolectaban fondos para la guerra contra los nazis.
En la entrada del bar la abrazó una fanática de sus películas y le estampó un beso en cada mejilla. Gene estaba embarazada y regresó a Kansas, a la base militar donde estaba destinado su esposo, el futuro modisto Oleg Cassini.
La actriz pasó varios meses buscando un nombre para su bebé; si era hombre lo llamaría Toni. Como fue mujer la llamó Daria, igual que la bisabuela del marido y en honor a Darius I El Grande, rey de Persia en el siglo V a.C.
Daria nació prematuramente el 15 de octubre de 1943; era muy bella, tenía la piel tan suave y rosada como un durazno; pero estaba ciega, sorda y con un severo retraso mental que la llevó a pasar gran parte de su vida en un sanatorio, donde murió a los 67 años.
Aquella noche en La Cantina, la admiradora que besó a Gene estaba infectada de rubeola y se había escapado de la cuarentena para saludar a la estrella; así la contagió y la enfermedad se cebó en el feto.
Esta historia sirvió de inspiración para la novela Espejo roto, de Agatha Christie, que años más tarde Hollywood llevaría a las marquesinas con Angela Lansbury en el rol de Miss Marple.
Es una historia triste porque Gene nunca volvió a ser la misma. A su vez me hace pensar en esta historia de los acosos, que veo muchas veces con preocupación los jueves cuando algunos fanáticos se abrazan a las Madres de plaza de mayo, a veces aplastándose contra sus propios cuerpos, sin entender que alguna de ellas tiene más de 100 años.
Pero sobretodo me sorprendió, una vez más, entender como están enlazados los acosos y los acasos del destino.
Dicen que el diablo cuando está desocupado mata moscas con la cola.
No lo sé. Me pone nervioso hablar de desocupados.

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