Las piernas abiertas de América Latina


Ni gozo ni sombra
Apenas una herida que sangra al compás de la orilla
Nunca azul de los cálidos ríos
Que inundan de luz la voz que te nombra.


Vino, ron, ginebra, tequila, cachaça
Se acodan sobre un mostrador amoratado
Soporte de fantasías animadas.

Humo de marihuana alrededor de la jaula
Fuente redentora de la música concreta
El cemento es el barro que te excreta
A través de una voz rufiana y aduanera.

América enamorada
Rehén soy de tu sangre liberada
Que me entierren en tu cementerio club
Será mi canción enarbolada

Comentarios

Entradas populares de este blog

Del buen amor y otras desdichas