Pasaje inconcluso


…obligado a huir de Alemania en 1933 por el relieve del fascismo, Benjamin hizo de París su base, hasta que el estallido de la Segunda Guerra Mundial y sus secuelas hicieron insostenible su presencia allí. La Gestapo, alertada del tenor antifascista de sus escritos, solicitó la expatriación de Benjamin en febrero de 1939; el 3 de septiembre de ese año Francia le declaraba la guerra a Alemania y ese mes, los alemanes que residían en Francia fueron internados. Benjamin fue enviado a un campode internación en el pueblo borgoñés de Nevers, pero fue liberado hacia fines de noviembre, gracias a la intercesión de amigos. Regresó provisoriamente a París y a sus investigaciones, permaneciendo allí hasta junio de 1940, cuando debió abandonar la capital francesa, dejando atrás sus preciosos manuscritos al tiempo que las tropas de Hitler rodeaban la ciudad luz.
Cruzó los Pirineos a pie, como inmigrante ilegal, aunque con una visa legal para los Estados Unidos en su pasaporte, en la esperanza de llegar sano y salvo a territorio español. La noche del 26 de septiembre de 1940, en la localidad catalana de Portbou, justo en la frontera española, Benjamin, que había sido detenido por los guardias fronterizos franquistas, fue encontrado muerto en la habitación Nº 4 del segundo piso del Hotel de Francia, una pensión barata. La mayoría de los comentaristas, si bien no todos, creen que se suicidó bebiendo morfina: como sea que haya sido, dos días más tarde los restos de Walter Benjamin fueron sepultados en el cementerio de Portbou.

A pesar de este trágico final, en general se considera que el Libro de los Pasajes es un encuentro íntimo del caminante que mira una ciudad con profunda simpatía y los destinos desesperados que usurparán esa mirada del candor de la inteligencia y su fuerza suprema, una liturgia poblada de fantasmas sensoriales, un poema inconcluso que jamás nadie escribirá pero en cuyos bocetos respiran los vapores de la insurrección y de la nada.

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