De frente y de perfil

Estampado en un trazo que se disolvió en el tiempo, sigo pensando en la oscura fidelidad que todos tenemos con el recuerdo. Sin embargo, es el instante (siempre inestable, siempre opaco en su rubor) quien nos hace partícipes de la gran aventura del saber. Conozco al del retrato pero más conozco al tipo que atraviesa ese humedal sin ningún otro atributo que su propia incertidumbre, esto es, su mayor certeza.



Retrato: Eduardo "Boyo" Quintana, Alberto Cedròn. Florianópolis, 1982

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